El Senado aprobó ayer sin debate el plan de reorganización que fusionaría la oficina al DRNA

Por Gerardo E. Alvarado León

Publicado en El Nuevo Día

La fusión de la Oficina del Bosque Modelo con el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) es una “condena a muerte” para esta iniciativa establecida por ley en 2014, opinó esta tarde su exdirectora ejecutiva Katia Avilés.

Ayer, el Senado aprobó –sin debate– el plan de reorganización de la Oficina del Bosque Modelo. El plan, que ahora está ante la consideración de la Cámara de Representantes, tampoco se discutió en vistas públicas.

Para Avilés, la propuesta fusión implica “retrotraer los avances en planificación que hicimos, que son esenciales no solo para la conservación de los recursos, sino también para darle respuesta certera a la crisis económica que vivimos”.

La ley del Bosque Modelo promueve, entre otras cosas, el turismo y la agricultura sustentable, fomentando un “nuevo estilo de gerencia territorial” entre los residentes de la región, el gobierno y otros sectores. El Bosque Modelo cubre unas 390,000 cuerdas en 31 municipios e incorpora 19 reservas naturales.

“Queremos que las comunidades enfrenten el cambio climático y la crisis económica desde posiciones de más poder, pero el plan de reorganización elimina esas herramientas, lo que nos coloca en una posición de mayor vulnerabilidad”, dijo Avilés a El Nuevo Día.

“Dentro de la Oficina del Bosque Modelo, como parte de la ley, se garantizaba una participación ciudadana real. Los ciudadanos participaban en los planes de trabajo y planes estratégicos. Nada de eso se puede hacer en el DRNA. Los pocos avances de participación comunitaria real se eliminan de golpe y porrazo”, agregó.

La exfuncionaria destacó que la fusión también “elimina” la intención de regionalizar el desarrollo de la zona, y ese enfoque, a su juicio, “es más necesario” después del huracán María.

“La regionalización fue lo que nos ayudó a sobrevivir después del huracán, pero con este plan estamos diciendo que vamos a volver a centralizar todo y acaparar los recursos en San Juan. Es sumamente desafortunado”, lamentó.

Según Avilés, el DRNA “no tiene la misión ni está facultado” para impulsar una política pública de planificación geográficamente integrada y comprensiva, como lo hace la Oficina del Bosque Modelo.

“El DRNA es un monstruo de agencia, que está liderada por una persona que también dirige la Administración de Recursos Naturales y la Junta de Calidad Ambiental. Será difícil que absorba la responsabilidad de tener oído en tierra para saber qué herramientas necesita la gente para echar hacia adelante y salvaguardar los recursos”, puntualizó.

Cuestionan ahorros

Por su parte, Javier Biaggi, secretario del Comité Ejecutivo de la Mesa Multisectorial del Bosque Modelo, cuestionó los ahorros que el Ejecutivo alega se obtendrán con el plan de reorganización.

Además de la Oficina del Bosque Modelo, la ley creó la Mesa Multisectorial, que sirve de apoyo y consejería, y el Fideicomiso, que recibe y provee recursos económicos. La ley dispone que la Oficina del Bosque Modelo dejará de existir el próximo 30 de junio, y que las diversas iniciativas quedarán a cargo de la Mesa Multisectorial y el Fideicomiso.

“El plan de reorganización busca ahorros que no se van a lograr. Todo lo contrario. Al extender la vida de la Oficina del Bosque Modelo y fusionarla con el DRNA, el gobierno tendría que asignarle dinero”, dijo Biaggi.

Añadió que la “transición” entre la Oficina del Bosque Modelo, la Mesa Multisectorial y el Fideicomiso ya había comenzado en noviembre pasado.

“Se formalizaron planes de trabajo, la Mesa Multisectorial se incorporó y estábamos gestionando las exenciones contributivas. El plan lo que hace es gubernamentalizar de nuevo el proceso, contrario al propósito de que sea un empoderamiento de las organizaciones, las agencias y entidades educativos”, puntualizó.

El pasado 10 de enero, la presidenta de la Junta de Gobierno de la Oficina del Bosque Modelo, Vanessa Piñeiro, les envió sendas cartas a los presidentes legislativos y al gobernador Ricardo Rosselló indicándoles que el plan de reorganización era innecesario.