Por Norberto Roman
Publicado en El Vocero de Puerto Rico
Hay momentos en la vida de los pueblos que definen su historia para siempre. Hoy el pueblo puertorriqueño vive uno que definitivamente definirá también la nuestra para siempre. La economía de emergencia y la quiebra del gobierno nos obligan a no avergonzar a las presentes ni a las futuras generaciones. Nos compele a no dar soluciones viejas a los retos presentes y tampoco a los que arrastramos del pasado.
Por ello, se hace imperioso que nuestra brújula y guía en todas nuestras acciones y decisiones presentes y futuras sean desde nuevas formas de gobernanza, amplias y participativas; con intercambio de saberes sin limitarnos a los calores de la competencia; con desarrollo económico comunitario sustentable y con el reconocimiento de que somos parte de un paisaje al cual protegemos. No podemos actuar a medias, toda agenda de futuro tiene que estar impregnada por estos principios. No hacerlo, será poner vino nuevo en odres viejos.
Con estos principios en mente, se crearon la Red Internacional de Bosques Modelo, la Red Iberoamericana de Bosques Modelo y el Bosque Modelo Nacional de Puerto Rico. Nuestro pequeño archipiélago borincano merece y necesita desarrollo económico sustentable y responsable con ese paisaje. No tenemos la extensión de los amplios bosques modelo canadienses, europeos o africanos. No poseemos sus extensos recursos. Sin embargo, la amplia biodiversidad que existe en el Bosque Modelo de Puerto Rico, ofrece ilimitadas posibilidades de intercambio cultural, educativo o turístico, capaces de beneficiar en miles de posibilidades nuestra maltrecha economía.
La huella de nuestro Bosque Modelo tiene una extensión de 390,000 cuerdas; comprende 31 municipios; tiene cuatro regiones turísticas; posee 7,826 fincas agrícolas (casi la mitad de las existentes en toda la Isla); nacen los principales cuerpos de agua del País; en ella cohabita el 99.8 % de todas nuestras aves endémicas y el 99.9% de nuestros reptiles. En ese mismo paisaje vivimos personas agricultoras, pescadoras, apicultoras, empresarias al frente de hospederías o acueductos comunitarios. Esa diversidad nos hace más ricos y fuertes cuando las potenciamos en redes y alianzas.
Creemos firmemente que somos vecinas y vecinos del bosque porque estamos conectados por un paisaje amplio con variados ecosistemas. Reconocemos que las acciones en un lugar, impactan otros. De esa forma, cuando usamos plaguicidas en la montaña no solo contaminamos los acuíferos subterráneos, sino también los peces que comemos en la costa. Cuando arrojamos basura al río, provocamos que se obstruya su desembocadura al mar y cause las inundaciones en las comunidades aledañas.
Nos oponemos profundamente a la batalla entre parcelas enemigas que nos ha llevado a la quiebra económica actual. Esos viejos estilos han marginado y destruido tantas buenas personas e ideas, solo por el hecho de pensar distinto. Por el contrario, acudimos como buenos vecinos a la mesa para intercambiar visiones, formar redes y alianzas con objetivos comunes dentro de un mismo paisaje. Para lograrlo, somos inclusivos; reconocemos la diversidad; promovemos el intercambio de ideas; el respeto a diferir y también a decidir, principalmente por consenso. Estamos convencidos que toda buena idea individual, cuando se somete al dialogo en comunidad, se enriquece y mejora. En fin, creamos nuevas formas de gobernanza.
Llamamos Mesa Multisectorial del Bosque Modelo de Puerto Rico, a esa conjunción de voluntades e intereses con objetivos comunes de comunidades, grupos de interés, organizaciones, entidades gubernamentales y sectores privados. Juntos nos dirigimos a construir un nuevo proyecto de país. Con nuestro trabajo demostramos que amamos y protegemos la tierra, los frutos que obtenemos de ella; el agua que bebemos y el aire que respiramos hoy y el que respirarán las presentes y futuras generaciones.
Formamos parte de redes internacionales que han demostrado la realidad del desarrollo económico sustentable y responsable en economías más frágiles que la nuestra. En todos los rincones de nuestro pequeño archipiélago borincano, existen cientos de proyectos hermanados por el mismo amor y compromiso. A todos y todas nos corresponde apoyarlos y potenciarlos ahora. La historia se escribirá mañana por los que dieron paso a proyectos de país como el Bosque Modelo Nacional de Puerto Rico.